La materia prima es el componente informe que constituye los individuos.
La forma sustancial es lo que da un orden, esto es, una estructura, a esa materia; y es universal, es decir, es la misma en todos los individuos que constituyen una especie. Es, por lo tanto, la que hace que algo pertenezca a la especie que pertenece: que sea un perro, un caballo, un hombre o un roble. Constituye la esencia de cada especie. Pues bien, según Aristóteles, estas esencias no se crean, son eternas. Existen desde siempre, y son siempre las mismas. Por ello, no pueden aparecer especies nuevas.
